Panchoaventuras de un ligue… su historia

Después de haber leído como se dieron las cosas, según yo, aquí les va la historia como me la ha contado Eduardo.
El día que entre a la empresa, nos dieron un tour por todas las áreas, incluyendo el 5º piso y así fue como me vio por primera vez. Obvio que yo ni en cuenta de ello ya que para mi, todas eran caras nuevas.
Después, el primer día que me lo tope en el elevador realmente fue coincidencia peeeero, las “coincidencias” de los dos días siguientes fueron todo un plan con maña en donde el pobre se quedaba esperando fuera de los elevadores calculando el tiempo en que tardaría en llegar o comprando un refresco para hacer tiempo en lo que yo salía del cajero. Su idea era al menos decirme algo pero siempre había alguna otra persona haciendo mal tercio… esto incluye a la pobre señora del aseo la cual justo estaba limpiando el elevador cuando no había nadie mas a la vista.
La siguiente vez que nos vimos, cuando por fin supe cual era su lugar, le dio tanta pena que salió corriendo a fumarse un cigarro! Se esperó bastante rato y se hizo menso hasta que de plano no tuvo de otra mas que regresar a trabajar y resulta que yo todavía no me había ido. El por que no lo vi de nuevo?? Pues porque bajo la altura de su silla para que el monitor le tapara la cara sonrojada.
Como sus amigos ya se habían dado cuenta de su reacción y quien se la provocaba, le sugirieron averiguar algo de mi…. Pero lo único que lograron fue saber que me llamo Karolina… con C o con K?? ni idea.
Pasó el tiempo y me le desaparecí hasta que, un día en que todos los reportes mañaneros tronaron y que le mande un mail a su jefe avisándole de ello, se enteró de cual era el número de mi cel. Resulta que el jefe le forwardeó el mail donde yo avisaba lo del problema con los reportes y se dio cuenta de que era de una Karolina… con K y con apellidos raros por lo que podría tratarse de mi. Buscó en el directorio de empleados y así dio con mi teléfono, el cual, solamente guardó en su cel por un buen tiempo.
Un día, estando con sus cuates, les contó de mi y ellos decidieron meter su cuchara. Le volaron su cel y decidieron mandarme un mensaje “grupal” invitando a “toda la bola” a desayunar quesadillas…. Y ese fue el mensaje que yo recibí de un extraño y el cual juraba que nunca le contestaría.
Cuando le colgué y después le dije que gracias pero no gracias a su propuesta de salir, pensó que ya había valido todo, que ya no quedaba ni media esperanza… hasta que oh sorpresa!! Un día después le escribo preguntándole por ese desayuno (que yo no sabia que era ficticio) y a partir de eso ya fue que nos conocimos, nos agradamos, cumplí su lista de requisitos, cumplió la mía (yeap, para todos los que se burlaron de mi lista de requisitos, pues resulta que no soy la única que las hace! Jajajaja) y ahora ya llevamos juntos un muy feliz mes y medio con vistas (espero) a muchos meses mas.