martes, junio 06, 2006

Aventuras de un viernes por la noche II

Después de un rato de haber llegado, ya que habíamos pedido la bebida y todo, nos dimos cuenta que cerca de nuestra mesa había un grupito de chavitas ahogadas en alcohol. Y es con estas chavitas donde comienza la historia.
Primero estaban solas, luego aparecieron 2 chavos que las comenzaron a “acosar” hasta que sacaron a uno de ellos cuando, por presionar a una de las chavas esta se cayó y se golpeó en la boca. Luego llegó otro chavo, y otro, y llegaban y se iban… llegaban otros y se iban. Y a cada grupito les tocaba becho abracho y apapacho por parte de cada una de las integrantes del grupito. Hasta un cuarentón se apuntó en la lista y también ligó algo con la feita del grupo.
Pasaba el tiempo y nosotros solo nos reíamos de la modernidad de estas niñas al compartirse a las conquistas de la noche. Pero la mayor sorpresa fue cuando, a falta de hombres, el proceso de becho, abracho y apapacho comenzó a darse entre ellas!!! Esto siguió un buen rato hasta que algo pasó y poco a poco todas fueron desapareciendo….. todas menos una que es la estrella de la noche y a la cual nunca le entendí su nombre.
Cuando solo quedó esta niña, uno de los primeros chavos se le acercó para ver que lograba. Ella se cayó 2 veces, luego lo alejó, lo llamó, lo besó y de nuevo decidió que siempre no.
Mientras tanto, mi amigo con corazón de pollo, decidió que era suficiente y que iba a ir al rescate de la chavita. Se la trajo a la mesa, la sentó y hasta intentó platicar a señas con ella porque las condiciones de su cerebro ahogado no daban para mas. Hasta Ana se unió a la mímica haciéndole ver que no le daríamos mas bebida y que tampoco teníamos cigarros. Decepcionada, la invitada nos pidió un hielo para la sed, Ana se lo pasó creyendo que no habría problema y oh sorpresa!! Le salen con que si no quiere compartir el hielo con ella!!! Jajajaja una risa que nos dio tremenda pregunta.
Pasado un rato Chamu decidió que era demasiado y que, a pesar de los comentarios de la niñita de “20 años” había que llevarla a su casa. Ah, porque claro que ahora resultaba que nunca se le había ocurrido pensar cómo regresarse.
Aquí comenzó el rollo de si la llevamos, no la llevamos, sepa donde vive, es una desconocida, pobrecita está peda, si quiero ir pero para seguir el bailongo en el Knight´s, etc etc etc. Comentarios de todo tipo incluyendo que el chavito con el que se había besado era su novio… bueno, mas bien su primo y que mejor se regresaba con el. Mi amigo corazón de pollo la mandó por un tubo, la cargó y la llevó a la salida del antro donde las mujeres del grupo la cuidamos en lo que traían el carro.